LG
Luego de la corrida en la que le había propinado sendos leñazos al pobre Diego Cerrojo, que encima de haber quedado calvo de abajo, luego quedó tiznado y aporreado de arriba, Casimiro volvió a sentarse en su lugar.
Como decíamos, Juan de Santorcaz comenzaba a hacer carpa de sólo mirar a su tocayo, Juan el Sanguinario, el pirata que mejor culo tenía en toda la Malasia, el Caribe y los mares del Nuevo Mundo, según su apreciación. Y he de asegurar que su apreciación ya era harto notoria.
Pero lo que aún más lo excitaba, era el hecho de que el joven, habíase agachado para atarse el cordón de su bota, que justamente se le había soltado. En eso estaba cuando se escuchó un “Riiiiiiiiiip” y el pantalón del sanguinario se abrió al medio por la fuerza que hacían sus cachetes allí apretados. Cuál no fue la sorpresa de todos cuando debajo de aquel varonil atuendo, afloraron unas primorosas bragas color de rosa.
Santorcaz babeaba encima del cabrero que, como estaba de espaldas no había visto el espectáculo, que de verlo, también hubiera corrido al barbero a fuerza de leñazos para quedarse con el mozo, moza o mariconcete…
El Sanguinario, se levantó de golpe y corrió como una exhalación, escaleras arriba, hacia sus aposentos, mientras su cara se ponía colorada como un tomate. Salió Santorcaz, con el carajo al tope, corriendo tras él, y cuando llegaron ambos, al mismo tiempo, a la puerta de la habitación, el barbero, queriendo asir al otro Juan por un brazo, erró el zarpazo y le arrancó de cuajo sombrero, bandana y… peluca. Todo resultó en apenas unos instantes, de forma tal que unos cabellos morenos, largos y rizados, afloraron como una cascada sobre los hombros de él o ella, o vaya uno a saber qué.
Pe… pe… pero ¿Qué diantres está pasando aquí –vociferó sin creer lo que veía, cuando en el forcejeo, que no cesaba, la camisa del Sanguinario se abrió de golpe y un par de bellísimos pechos le saltaron a la cara-. ¡Mare mía! ¡Qué melones! Entrad a vuestros aposentos que yo os haré guardia de honor, sin espada pero con todas las armas… -Le dijo al ex – Sanguinario, mientras las babas le mojaban su propia camisa de tanta excitación-. ¡Yo sabía que algo raro pasaba aquí! ¡Una mujer! –Gritó-. ¡El pirata es una mujer!
Gran error por parte del barbero el haber dado la alarma. Porque al escuchar "¡Una mujer!", Casimiro, el archiduque de las Cabrias, se venía corriendo como un toro para embestir lo primero redondo y acolchado que encontrara en el camino, aún no se sabía si eran las posaderas del ex – Juan o del "todavía" Juan de Santorcaz.
domingo, 7 de marzo de 2010
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ME HA GUSTADO MUCHO LA SORPRESA
ResponderEliminarMENUDA SORPRESA!!!!!! JAJAJJAJAJJA LILIANA ESE "RIIIIIIIIIP " TE QUEDO GENIAL Y FIJATE LO QUE SE VA A LIAR POR UN "RIIIIIIIIIIP"...ESPERATE QUE SE ENTERE EL NIÑO DEL CORRAL,YA TENEMOS FIESTA NACIONAL JAJAJJAJAJAJ....MUY BUENO LILI,MUY BUENO.
ResponderEliminarUN BESAZO!!!!
Ya presentía yo, que algo raro pasaba con ese mozo, pero puedo asegurar que el giro que ha dado la historia y el modo con que lo has resuelto, me ha hecho divertir en grande.
ResponderEliminarEnhorabuena, niña.
Besos para ti y abrazos para "ellos".
Muy bueno Liliana, jajajaja, esto me pone en la texitura de tener que sacar el estoque en mi próxima intervención, jajaja. Y que no se crean estos visitantes de la Hostería que al niño del corral lo van a convencer tan facilmente de inclinarse más de la cuenta, jajaja
ResponderEliminarAnda Salmorelli a ver como te las apañas ahora, al pobre de Santorcaz le han dejado con la miel en los labios.
ResponderEliminarPor cierto Liliana, las bragas ¿eran de raso? ¿eran tipo tanga?¿eran rojas? Yo pregunto por preguntar no creas...
Un abrazo.
!Genial!, !genial, !divertidísimo y genial!, aplausos Lili, aplausos, aplausos... absolutamente estupendérrimo (que no se si sabrás que estupendérrimo es una palabra de la jerga adolescente que significa mucho más que estupendisimo)... así que riiiip y las braguis rosa al público !pues solo les faltaba eso a los parroquianos de la hosteria!, y, por si ya la cosa no estuviera bien a tono con solo eso, en el forcejeo fuera peluca, pechos al aire y un Santorcaz de aquella manera que veremos a ver como se trajina al casiduque de las cabrias para quedarse con la piratita, o como es el casiduque el que se trajina al juan o a la juanita... ja,ja,ja,ja
ResponderEliminar!que divertido!. Me ha encantao, anda que menudo alborozo que le espera a la hosteria, !como pa perderse las siguientes entradas!
Un besote, uno gordo, gordo, gordísimo
Hay sorpresas que nos dejan mudos y otras que nos dejan... lelos :)
ResponderEliminarMuchas gracias, Hatoros.
Un cariño.
Entre Santorcaz, el Niño y el cabrero, hay jaleo para rato, Mary, jajajajaja
ResponderEliminarNi quiero pensar en qué acabará la carrera de Casimiro, pero casi, casi, me la estoy imaginando y sin mirar :)
¡Un hurra por el "Riiiiip" y dedicado todito para vos, Marita!
Besazos, reina.
Gracias, Linus, te aseguro que yo también me divierto mientras escribo :)
ResponderEliminarUn beso grande.
¡Oleeeeeeeeee, Salmorelli! Que estamos esperando al Niño... aprontando el estoque. Pero ojo, que últimamente en esta hostería ya no se puede "inclinar" nadie. Jajajajaja
ResponderEliminar¡¡Gracias!!
Besazos, papaíto :)
Noooooo Manuel, no eran rojas, las bragas eran rosas y con encajes, que cuanto más "encajes", mejor. Pero no creo que en aquellas épocas se usaran las tangas, jajajajajaaaaa
ResponderEliminar¿Por qué preguntás?
Aaaay que me muero de la risa :)
Besazos.
apm, imaginate cómo se han quedado los parroquianos de la hostería con el famoso "Riiiiiip", pero más aún imaginate a Santorcaz con el cabrero desatado y viniéndosele al humo, pues parece que de sólo ver una mujer, lo pone como toro en el ruedo, jajajajajaja
ResponderEliminarMe ha encantado eso de "estupendérrimo", lo voy a adoptar :)
Gracias, amorosa.
Besotes gordísimos.
Entre el ex-sanguinario, el casi Juan, el archiduque de las Cabrias y la sorpresa, me reí muchísimo.
ResponderEliminarMuy buen capítulo, Lili.
Es para no perderse los próximos. Aquí estaré.
Saludos para todos, son fantásticos...
Holaaaaa, aquí estoy, deleitándome con este capítulo y a las carcajadas.
ResponderEliminarMe imagino a Santorcaz babéandose ante la flamante Juanita, y no me puedo aguantar de esperar los próximos capítulos... ¿A quién le toca seguir? ¿A Salmorelli?
Por fa, no me dejen con la intriga.
Genial, Lili, besotes para vos y para los chicos.
Seguro, Charly, será para no perdérselo, te lo puedo asegurar :)
ResponderEliminarGracias, amigo.
Besos.
Síiiiiii, a Salmorelli, pero puede seguir Manuel también... A ver quién se hace cargo de esta hostería ¡Pardiez! jajajaja
ResponderEliminarGracias, Nirvana.
Besotes.
Jajajajaja No paré de reírme mientras leía este capítulo. Ahora resulta que gracias al "riiip", se dio vuelta casi toda la historia. Buenísimo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. LLegué tarde pero me leí dos capítulos juntos, se lo merecen.