martes, 5 de mayo de 2009

Capítulo V. La fiesta nacional III

-¡Ay! Esta España de mis entretelas, pelirroja. Cómo están los condes y los marqueses y los duques. Cómo claman venganza contra el pueblo, vive Dios. Y todo por líos de faltas. A fe mía que si no nos matan unos nos matan otros. El conde de Ureña quiere cortarnos el pescuezo a doña Inés y a mí y el conde de las Casas a vos. Y ese ciego con el que he soñado… Vive Dios, qué mala espina. Aquí al único que no lo busca la sangre azul es al maestro, al menos que se sepa. Por eso es mejor vivir, que la vida son cuatro días. Y si algún conde da con nosotros, tal vez sólo dos. ¿Por cierto, dónde estará ese ciego que desde anoche parece habérselo tragado la tierra?

-Doña Elena, don Mendo, doña Elena.

-Disculpad, doña Elena, disculpad, es la resaca de este maldito vino de Buttarelli, y por lo que más queráis, no perded de vista al ciego.

La pelirroja, que ha escuchado a la tal doña Elena, que por cierto no había participado en la fiesta previa a las corridas, no entiende de qué don Mendo herido habla y mirándola con recelo piensa o que se trae algo entre manos o ha sido hechizada en los caminos, cosa que no sería nada raro puesto que por esos senderos de Dios, también habitan los demonios. Continúa hablando a don Mendo, mientras comparte el caldo aguachento de la hostería que el buen hombre le ha ofrecido.

¡Vive Dios don Mendo! Que si tanta intriga nos acosan desde la nobleza, atentos deberíamos estar y no perder el rumbo de lo que cada uno se ha propuesto, pues cuanta más gente se vaya juntando para las corridas, más peligro nos acecharán, ya que los bellacos aprovecharán la algarabía para dar algún golpe si es que ya lo han planeado.

Desconozco señor, quien es el chaval que acompaña al ciego. Pero como el ciego se ha mostrado interesado por ayudarme (¡Que no sea a morir!) propongo seguirle el juego para tratar de descubrir sus intenciones, porque aquí parece ser que tanto vos como yo seremos blanco de una trama encubierta.

Dejadme a mí, que cuando a toque lo tenga (y espero que no él a mí, que ya lo ha hecho) trataré de tirar de su lengua, y si fuera posible, de la del chaval. Sólo os pido que estéis atento por si fuera menester desenvainar vuestra pistola.

Don Mendo, escucha con admiración a la pelirroja por su arrojo y decisión. No es frecuente por esas épocas que mujeres de su condición tomen al toro por las astas. Ella lo hace con la fuerza que le ha dado la vida y con el empuje que le da vengar la muerte de su padre y la de su amado don Juan Miguel a los pies del mismísimo altar…
Sus palabras no pasan inadvertidas. Ya comienzan a ponerse las cartas sobre la mesa para saber quién es quién. Ahora don Mendo tendrá más que un par de ojos, los suyos y los de la pelirroja, para atajar la estocada venga de donde venga…

-Y digo yo pelirroja, porque aún no tenemos el honor de saber ni su nombre, ¿no será que usted se está inventando toda esa historia de trovadores a la antigua?
(Esta pelirroja por el tono que usa al hablar y por la pinta que lleva parece salida de un burdel)
¿O acaso no sabe usted nada de trovas y de romances? Según dijo a Buttarelli iba cantando y mendigando por los pueblos. (ahora viene a dárselas de señora esta inmundicia, como quiera conquistar a don Mendo se las va a ver conmigo, la pendeja esta).

Elena, se acerca al oido de don Mendo y le susurra:

-Don Mendo, yo creo que el ciego y esta mujer van juntos por el mundo engañando a la gente. ¿Sabe usted quien es esta mujer? ¿Puede usted creer toda la farsa de mentiras que dice? Se nota que está acostumbrada a mentir.
También quiero que sepa que a las prostitutas se les obliga a teñirse el pelo con hena por ello tienen un tono cobrizo, no tanto pelirrojo.

-Don Mendo si los hombres del Conde vienen a buscarle no lo permitiré,
prefiero morir luchando que volver al Castillo de Ureña y si alguien tiene que retirarme de su lado que seáis vos, ningún vasallo pagado ni siquiera el propio Conde conseguiran atraparme.

Los alguaciles del Rey, entre murmullos y miradas absortas, irrumpieron en la Hostería y detuvieron al ciego en primer lugar, siguiendo las instrucciones del don Remondo, y a continuación se dirigieron a hacer lo propio con su lazarillo.

La peliroja al contempler la escena se puso enmedio y suplicó al Corregidor que perdonasen al chaval de ser arrestado, indicando que el menor estaba sujeto a las exigencias y vejaciones del ciego, don Remondo, se giró mirando al torero y ante la mirada suplicante de la poetisa accedió a dejarlo en libertad.

Cuándo iban a salir de la Hostería, escoltados por los gritos y pataleos del delincuente que se resistía a ser arrestado, el Corregidor, ordenó a Buttarelli que cerrara la cantina de una vez ya que bien de juergas y descalabros ante un día tan importante como el que estaba a punto de amencer.

Y LLEGÓ LA GRAN TARDE (orden por favor).


Eran las cinco en punto de la tarde, seis toros seis, para el único espada de la tarde. "El Niño del Corral Candelas" nacido en Triana. Y en la presidencia, don Remondo y el señor presidente, revisan sus pañuelos para ejercer los veredictos de las faenas. En uno de los palcos laterales, don Cesar, acompañado de Elena y el pequeño se afanan en pelar unas avellanas verdes que habían comprado a la entrada. En la puerta de la Monumental, ni ciego ni lazarillo, recogen monedas, sino que el ciego pasa calamidad en una celda y la poetisa en compañía del lazarillo presencian la corrida invitados por la cuadrilla del torero. En lo más alto de las gradas, casi junto a la bandera, si que está, como en el sueño, la gitana Carmela, la Lentejosa, la Piñones y otras compañeras de oficio, lucen peina y mantilla y dejan a la vista sus esplendorosos escotes,unos labios bien teñidos de rojo y unos lunares en las mejillas como botones.
Carrincho, también aguarda en la barrera comiendose las uñas está enrojecer el nacimiento de las mismas sin dejar de mirar como se completaba el aforo de la plaza . Y en el patio de cuadrillas, se repite la fotografía de una tarde de toros de esas inmemorables en las que el sol luce con fatiga, para negocio del que vende panales con sabor a fuchina y vino peleón. El Maestro, suda al contemplar la imagen de Rafaelito ajustanto su corbatín y observa de reojos como se cumple el ritual de los otros banderilleros intentando subir y ajustar a Buttarelli al caballo, que resopla entre pocos dientes.

Los sones de la banda son los mismo y comienza el paseíllo. Torero en cabeza y cuadrilla detrás desfilan, mientras Buttarelli a caballo cierra el cortejo. Va a comenzar la hora de la verdad.
-(¡Ay, virgensita der Carmen! , mira que si no se nubla) -pensaba el torero.-
Van a sonar los clarines y todo se dispone para abrir la puerta de toriles, muy a pesar del gesto de resistencia al presidente para que no autorizara todavía. Don remondo, buscando la complicidad del artista, desabrocha el lazo de su cuello y suda como arenque en papel de estraza.
El arenero, porta la pizarra anunciadora del becerro ante la el gesto de sorpresa del torero. " Berenjeno" , 550 kg
- (pero, ¿cómo es posible? ¿y Malaleche?) -pensaba si encontrar respuestas al desconcierto creado con respecto a su pesadilla.-
-¡Ole! ¡Ole! ¡Que viva la fiesta!
Don Mendo, es la primera vez que veo una corrida y juro que no será la última, que gentio, que trajes de luces y que lujo de trajes veo en los vecinos del pueblo.
Elena batía el pañuelo en el aire, a ella no le gustaban los toros, sí los cuernos que ponía al Conde de Ureña desde que se casó, al estar junto a don Mendo le gustaban ya no las astas de los toros, sino toros y fiesta y disfrutaba como una posesa, viendo todo el algarabía que se formaba en las gradas.
- ¡Rafaelito! , dejamé que vaya yo a recibí ar toro.-ordenó al subalterno para romper con la historia del sueño.-
Ciñiendose la montera, salió del burladero y se acercó a la puerta de toriles. Se arrodilló, desplegó su capote, y se presignó a la espera de que saliera "Berenjeno". El silencio se hizo en la plaza y los bufidos del becerro se escuchaban desde el fondo del callejón, al poco tiempo y con las patas por delante irrumpió en el albero a la vez que el "Niño" le propinaba una larga cambiá que hizo que el animal, llevado por el engaño, saliera despitado para el centro de la plaza. Entónces el trianero, llevado por un inusitado valor en él, se incorporó ante el aplauso generalizado del respetable y se dirigió a su encuentro.
Con paso lento, comenzó a llamarlo de lejos, pero al ir a su reclamo dejo entrever una ostensible cojera que comenzó a hacer murmurar al público. El "Niño", volvió a llamar de nuevo al animal y consiguió hirvanar unos majestuosos pases, que tan solamente estuvieron manchados por una cojera cada vez más visible por parte del animal.
El torero, miró a la presidencia, y desde allí no entendieron el mensaje que éste quería enviarles para que no devolvieran al toro, ya que para más tranquilidad el diestro quería que fueran las seis de la tarde para que comenzara a llover como en su sueño, así que sacaron el pañuelo verde y mandaron sacar a los cabestros para facilitar la tarea. La gente aplaudió el gesto y todo se preparó para que saliera el primer sobrero de la tarde. 620kg de carne, cuyo nombre era "Malaleche".

18 comentarios:

  1. ¡Dios mío! ¡Qué ha pasado que doña Elena no ha aparecido por días y luego viene descolgada a preguntar por don Mendo herido! Por favooooor, la historia está divina, leer antes de continuar.
    Cariños.

    Gracias Liliana, a encaminar el relatoooo...

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  2. ¿No has leido tú Nirvana?
    A Elena y a su hijo se los llevaron cuando salieron en un descanso de la corrida y ella se ha escapado y ha vuelto a avisar a don Mendo.

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  3. Perdón señora, pero usted no había aparecido en días y ni siquiera sabía que todo era un sueño. Está descalabrando la historia, además,las palabras de doña Elena en esta segunda entrada me parecen la mar de ordinarias, no cuadran para nada con el tema.
    Este es mi parecer ¿o usted escribe para usted sola?

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  4. Los personajes hablan según sus carácteres, Elena, puede pensar lo que quiera, cosa que no está permitido al narrador, que es neutral en la historia.
    Si el personaje de Elena, no te gusta,lo comprendo,tienes que recordar que fue ella quien comenzó está historia y es el personaje central junto a don Mendo.
    Buena o mala, Elena, es Elena de Constanza.


    ¡Muchas gracias por tus comentarios!

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  5. Y MarianGardi es como dijo "Sueño" en su momento, una persona con tanta soberbia que le nubla la razón y no ve que ni ella ni su personaje gustan.
    Las divas son para la televisión y el cine, no para los blogs.

    Este es un espacio público y debiera adecuarse a las circunstancias.

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  6. Seguramente sueño y tú si no sois el mismo personaje, os pareceis mucho.
    Muchas gracias por tus halagos, yo tambien te aprecio.

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  7. Al decir lo de diva la baba de la envidia se te nota jajaja
    ¡Si te pinchan sacas veneno!
    ¿Por qué tienes ese mal aire en contra de mi?

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  8. Dices: este es un espacio publico y debiera adecuarse a las circunstancias.
    ¿A que circunstancias te refieres?
    Esto es contar una historia y divertirse, en la historia pueden salir personajes buenos y menos buenos, tú estas buscando desacreditar no al personaje sino a su creadora y eso no se hace.
    Tú puedes criticr al personaje si no te gusta,lo que no puedes hacer es faltar el respeto a nadie, si la página fuera mía, no te consentiria que denigrases a nadie.

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  9. Fijate si eres peaso de mala para decir ni ella ni su personaje gustan.
    ¿Y qué sabes tú lo que yo gusto o dejo de gustar?
    ¡Es que eres mala a rabiar! Encima vas de incognito, verguenza deberia darte.
    jajaja

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  10. Mi estupendísima amiga, ya está bien lo bueno. Con sus contestaciones se está arrojando piedras sobre su tejado, Jolin, le pierden las formas, le pasó lo mismo conmigo y ahora con la compañera Nirvana. Lo bien que usted escribe y sus personajes, quedan por los suelos ante sus contestaciones. Más humildad y recojerá mejores comentarios.

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  11. Bravo Salmorelli, sólo que Malaleche se ha escapao y está dando cornadas en la taberna de la hosteria jajaja

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  12. Ah, sueños ¿reconoce usted que escribo bien? jajaja
    Recuerde que voy de Diva, divina de la muerteeee jajajaja

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  13. La única persona sin respeto es usted, señora. ¿Cómo puede pedir respeto si usted no lo conoce?
    ¿Envidia dice? Si cada uno de nosotros tuviera su soberbia y sacáramos nuestros títulos, usted quedaría más abajo de lo que ya está...

    (Su risa de arpía nerviosa la delata. Y la abundancia de respuestas justificándose, también)

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  14. ATENTOS TODOS A LA CORRIA JOE!!!!!!QUE MI NIÑO VA HA TOREAR, Y NO SE PUDE CONCENTRAR CON TANTO FOLLÓN,SE TERMINO, TOERMUNDO HA DISFRUTA....

    DON MENDO,ESQUE NO SE PUE SE MAS GUAPO,MIRA LA QUE TIENE LIA CON LAS MUHERES JAJAJJJJJ...

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  15. Anda ya salió la titulitis, ¿quieres que yo saque la mía?
    Anda que el nombre de Nirvana te queda grande, mejor te va Infierno. jejeje
    Ves que tu maestro Zen te de clases de humildad y de compasión para que no desmerezcas ni intentes anular a los demás como lo haces.

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  16. OOOOOOOOOOOLÉ,OOOOOOOOOOOOOLÉ!!!!!!
    620k DE CARNE,DIOS MIO CON EL MALALECHE,MI NIÑO AGARRATE BIEN LOS CALZONES QUE ESTE TE REVOLEA...

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  17. JAJAJAJA Síííí Mari, sí. Pedazo de animal el Malaleche, ya estoy saboreando la corrida.
    ¡¡Oléééé, oléééé!!
    ¡Vamos Salmorelli que la tribuna te aclama, amigo!

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  18. Muy bueno todos los capitulos. me gusta la historia

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Bienvenidos a "La hostería de Cristófano Buttarelli". Es un honor recibirlos con un vaso de tintillo y todo nuestro afecto. ¡Gracias por vuestra visita!