jueves, 14 de mayo de 2009

" UN NUEVO AMANECER "

Y de aquél episodio de la corrida de toros en la monumental de Sevilla, con sus muertes incluidas, se habló durante meses por todo el reino, y como no, entre los clientes y visitantes de la hostería. Nadie terminó jamás por poner en pie que pasó con "Malaleche" ni quién se quedó con la recaudación del festejo. Si que se supo de los exitos del "Niño del Corral", con su cuadrilla, por plazas de segunda y de tercera categoría, y del dinero que a posteriori, Buttarelli, se embolso rememorando dicho acontecimiento en su establecimiento.

Todo el mundo se preguntaba por la suerte que habría corrido doña Elena y su hijo, y también por la vida que llevaría la pelirroja por esos caminos perdidos de Dios. Lamentablemente, si que llegaron noticias de la muerte de don Mendo en un duelo por cuestiones de honor y de amores, lo que no pudo la tragedia del ciego, lo pudo un asuntos de cuernos de baja realea. Por lo demás, la reputación del negocio más singular de la Sevilla del siglo de Oro, no se vió alterada en lo más mínimo, continuaban llegando truanes, embarcados, nobles, fulanas y todo tipo de personajes dispuestos a dejar su estómago y su higado al servicio de Cristófano Buttarelli...

-La puerta está abierta día y noche, por ella salen y entran personas de todo tipo, como en la propia vida: "Por sus hechos los conocereis" Los hay ladrones y pendencieros, los hay falsos y verdaderos, ellos nos cuentan sus historias, con ellos reiremos o lloraremos, nunca la ficción supera a la realidad -salvo en algunas excepciones- así veremos mujeres celosas y malvadas hacer de las suyas por arte del diablo, veremos inocentes llevados a la horca, veremos pobres que se hacen ricos y ricos miserables. Por la hostería pasan cientos de personajes y cada uno es como su madre le trajo al mundo, ¡desnudo sí! Pero se visten con cada personaje que hace temblar al misterio.


Apenas eran las dos de la tarde cuando en la hostería reinaba ya el bullicio, el jolgorio y las pendencias. La hostería era uno de los lugares preferidos por un personaje pintoresco en Sevilla. Natural de Utrera, hijo único, vivía de las rentas dejadas en herencia por su padre, don Miguel de Vergara y Cifuentes: tierras de labor en el valle del Guadalquivir, haciendas, cortijos y una ganadería de caballos prestigiosa en toda Andalucía. En Utrera vivía en un palacio conocido en toda la provincia por los jolgorios que en él se formaban. Allí paraban de continuo pintores, poetas, cantaores, toreros, artistas, gente de la farándula, bailaores... El cante, el baile, el buen yantar, el buen beber y el buen vivir sostenían los días y las noches de don Lope.

Supersticioso hasta el extremo, amante de videntes y echadoras de cartas, de todo lo oculto y misterioso que en el mundo había, también de inciensos y candelabros, de oropeles y fruslerías, don Lope estimaba por encima de todas las cosas lo que él llamaba elegancia: finas ropas, delicados perfumes y cuidadas formas. Sin embargo sus maneras, más próximas a la feminidad que a la hombría, eran con frecuencia vulgares. Sus ademanes, exagerados. Sus andares, sospechosos. Su fino y cuidado talle, llamativo. Sus contoneos, delatadores. Por eso y por muchas cosas más, don Lope de Vergara era conocido entre los maldicientes y envidiosos sevillanos como Lupita la Utrerana o Lupita la Incombustible.

Aquella tarde entró en la hostería dejando tras de sí el rastro de un penetrante aroma a jazmines. Una camisola de encajes de color rosa, unos exquisitos gregüescos celestes y unas ajustadas calzas a juego con la camisola. Los zapatos, de un tacón un dedo por encima de lo normal, rematados con una reluciente hebilla de plata. En su cinto, una daga con empuñadura de marfil. En su mano, un pañuelo bordado que agitaba constantemente de un lado a otro. En su cabeza un sombrero de cuidado paño con profusión de plumas celestes. Como era su costumbre, la emoción lo llevó al chillido al abrir la puerta.

Aaaayyyyy, pero ¿a quién veo aquí? Si es mi gordito preferidooo. Buttarelliiiiii. Dame un beso, hijo mío, que hase un siglo que no te veo. Anda, mi arma, ven, echa un vinito aquí de mi cuenta a la concurrensia. Oooy, y qué concurrensia, por Dio, cuánta alegría.

La concurrencia, en las mesas y abarrotando la barra, lo miró de reojo. Todos pensaron lo mismo: con razón a don Lope de Vergara lo llamaban en Sevilla Lupita la Utrerana.

(Ojú, cómo viene hoy la utrerana, vive Dios, milagro sea que no se forme)

Mire vuestra merced, don Lope, que yo no le doy besos mi a mi mujer, por mucho que la quiera.

¡Ooooy! ¡Qué esaborío, Cristófano, digo... Cristi. Anda, venga, ponnos un vinito.

-Mire usté, quien abaja las escalera con la pitone-indicó Buttarelli al utrerano.-

- ¡Pardies, pardies ¿quién es ese macho, Cristi? - preguntó don Lope, quitendose el calor que le había entrado con la mano a modo de abanico.-

- Es er Bachille Santillana, un hombre curtisimo que se está ospeando aquí. -contestó el tabernero pasando el paño por la barra, para recoger la baba de Luisito el tonto, que miraba sin pestañear el escote de la pitones desde la esquina.- ¡Luijito!, ¿está tonto o qué? no ve que lo tá manchando tó.
- Lo ssssssieeeentooo Bububutatareli.

- ¡Don Lope, de nuevo por estos lares!

- Ulalala, pitonsitos. Ven a cá y dame esplicasiones del diplomado. -contestó tirando de la fulana hacia él.-

- Pero, ¿qué quiere vuestra mersé que le cuente? , ¿no ve que a ese peaso de hombre no lo va a catá usté en la via?

- Ppppiitoonnneeeee, ppiittoneee...

- Ave tonto, dejamé, que no estoy hoy pá manuseo ¿no ves que estoy ocupa?.

- Teeenngooo rrrreeeeaaaaleee, ppiittooneeee...

- ¡Lentejosa! ¡Lentojosa!, arte cargo der tonto que trae plata-gritó llamando a la compañera para quitarselo de encima.-

- Buenas noches, tengan vuestras mercedes. Por favor, tabernero sirva un poco de vino a la dama y a su acompañante.-indicó el Bachiller, al acercarse a ellos de manera muy educada.-

(Por diossss, por diossss, que varonil, que educasion, ¡Que perniles!, que me estan volviendo loca) - Grasias, miarma, es muy amable. Sientese aquí a nuestro ladito.


Las puertas de la hosteria se abren y aparece una mujer bellisima. Es Teresa la bailaora.




-¡Buenas tardes señores y señoras! ¿Es ésta la famosa taberna de Buttarelli? El dueño de la hostería me ha llamao, vengo a sustituir a la antigua bailaora.La cara de Carmela la gitana, la Lentejosa y de la Piñones era de asombro y envidia al mismo tiempo.


-Señor Buttarelli, ¡eha! ya me tiene usté aquí, oiga ¿es verdad eso que me han dicho que aquí hay mucho lío con las mujeres?

Pues yo vengo ya prepará ¿sabe usté? yo necesito el dinerillo que voy a ganar pa comé ¿sabe usté? y ninguna mujer me lleva a mí pa lante, ¡se lo digo yo! ¡eha! aquí donde me ve usté tan fina y delgadita, no vea usté la fuersa que yo saco cuando me llevan los demonios o se meten con mis muertos, que Dios o el Diablo los tengan en su gloria, tos se me han io ya, asin que estoy sola en el mundo, por eso he sacao fuersas de donde naide sabe, ni yo tampoco, pero las tengo ¡eha! y eso ya lo veran ustedes si las tengo que sacar, que por aquí veo yo mu mal pelaje, pero estoy acostumbrá ya a estos ambientes, una ha pasao ya por tó y a mucha honra lo digo, que a mi naide me hecha la zancailla ni la pata por encima, ¡ojo! si yo no quiero ¡eha! Con el gitaneo yo no quiero cuentas, ya ven que yo gitana no soy, ni tengo ná que ver con ellas, no es por ná, pero ellas en su sitio y yo en el mío, ¡como está mandao!

¡Ya está to dicho señor Butarelli! Ya me dirá usté las condisione del trabajo y las costumbres de la casa, estoy dispuesta a bailar como un trompo si hase farta.

Las gitanas no necesitaban escuchar lo que dijo Teresa a Buttarelli, pero se la miraban con cara de pocas amigas, para ellas todas la payas eran extrañas. Intuían que la paya iba a buscar pronto pelea. Ellas, estaban allí para hacer su trabajo y alegrarle la vida a los pasajeros, no para que les amargase la existencia una bailaora cualquiera como Teresa.

En la hostería entra un hombre delgado como una vara seguido de un enano y una mujer, son: Juanito el guitarrista, Perillo el bufón, contador de chistes y la madre del enano que le acompaña siempre.

-¡Buenas tardes al personal! ¿Teresa, no podías esperarnos mujé? ¿Tenías que hacer la entrada tu sola? ¡Te dije que nos esperases en la casa de María!¿Ya hablaste con el dueño de la Hostería? Él no sabe que llega la madre de Perillo a comé y bebé del cuento.
Perillo, que tenía fama de ser uno de los mejores bufones de toda la comarca, sube al pequeño escenario de la hostería y se presenta.

-Señores y señoras, ustedes habran oído hablar de mí, ya que soy célebre en todo el País, por mi estatura sin igual, por mi elegancia, clase y don natural que no pueden pasar desapercibidos. -se oyen sonoras carcajadas-, mi madre que aquí la tienen de cuerpo presente, perdón, quise decir presente, ella, cuando yo nací se había ido a la costurera -risas-, y así de cortito salí yo, eso sí, muy bien repartido, completo, con todas las piezas, alguna más corta de lo habitual... como las piernas, ¡eh! ¿qué estaban ustedes pensando?

Les voy a contar algo que me pasó ayer: encuentro a un amigo y me dice, sabes Perillo mi hermano anda en caballo desde los cuatro años y le dije, pues ya debe de estar muy lejos ¿no?

Saben ustedes, ayer se murió un familiar y sus amigos pusieron la siguiente inscripción en la tumba: "Aquí continúa descansando..."

Esta mañana me pregunta Juanito el guitarrista, oye Perillo ¿Qué es peor, la ignorancia o el desinterés? Le dije: ni lo sé, ni me importa. -Aplausos y risas-.

11 comentarios:

  1. Bravo salmorelli ¡que bien narras!
    Ya tenemos otra historia en ciernes.
    Gracias por apoyar a César en estos momentos.
    Un abrazo

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  2. Llego a tu Hostería esperando encontrar lo que algunos comentarios me han indicado, un lugar donde poder leeren buena compañía.
    Saludos

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  3. Se siguen contando historias en la hosteria,
    El personaje de Lupita la Utrerana es muy interesante y que bien viste este hombre, bueno, ejen, ejen, jejeje
    A disfrutar amigosssssssss
    Besossssssssss

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  4. Salmorelli Salmorelli, tu no tienes remedio,que te lo digo yo.....

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  5. Lupita,cuidao con los perniles que te pierdes...
    Vaya dos patas pa un banco jajajj,Sois geniales!!!no me cansare de decirlo...

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  6. Salmorelli, que personaje!!!!!!!!!!!!!!! Un gusto estar aca, buen fin de semana, un besote!

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  7. Hola!!!los invito a participar de un nuevo espacio, seria un gusto que estén entre los usuarios y/o comentaristas,
    intentamos crearlo en comunidad de escritores(POESIAS, CUENTOS, ETC).
    la direccion es http://poetasanonimossa.blogspot.com
    en la pagina esta como registrarte para poder publicar, espero su respuesta, muchas gracias.
    El mail por cualquier duda es poetasanonimossa@ymail.com.

    P.D:Si te gusto la idea pueden invitar a mas escritores a sumarse, Gracias nuevamente.


    Poetas Anónimos

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  8. Parece que se respira buen ambiente en ésta hostería, y yo, que soy de natural extrovertida,
    prometo pasarme más a menudo para disfrutar de los yantares literarios que puedan ofrecerme.
    Un abrazo.

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  9. Roxana, amiga, es un placer verte en la hosteria.
    Espero que entres y hagas muchos comentarios con toda sinceridad d elo que te guste más como de lo que te guste menos.
    Un abrazo amiga y compañera

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  10. Poetas anonimos, gracia spor estar entre nosotros, he visitado el blog que nos recomiendas, yo la verdad es que ya no me comprometo a escribir en ningun sitio más, ya no doy a basto. Muchas gracias de todas formas.

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  11. Tecla, si eres natural y extrovertida juntate conmigo y ya somos dos.
    ¡Seas bienvenida!
    Gracias por llegar.
    Un abrazo

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