domingo, 28 de febrero de 2010

Capítulo XI El Archiduque

Casimiro que había llegado a Sevilla con el ánimo de encontrar novia, había perdido el norte y no sabía si lo que quería era novia o un agujero con piernas, ya que jamás en su vida había visto tanto estímulo junto, ni siquiera en la romería de su pueblo. En esos momentos en los que Casimiro ya iba directo a clavar el estoque al torero así como si tal cosa y todos estaban sobresaltados, justo cuando la alborada comenzaba a lanzar sus primeros estertores sobre las nubladas ventanas de la hostería y nadie esperaba ningún sorpresa del exterior, se abrió la chirriante puerta y una figura no muy grande se recortó. De este modo, todos, como buenos actores que eran, recuperaron la compostura y siguieron con su tarea no fuera a ser que quien se presentaba fuese un inquisidor o la autoridad. Pero no, para sorpresa de todos y justo cuando entró un paso las luces mostraron su rostro, era Diego Cerrojo, el comerciante.

Para hacer memoria recordaré quien era este singular personaje, e incluso haré más, daré unas breves notas biográficas de este hombre de negocios.

Diego Cerrojo era un hidalgo, gracias a un favor paterno pudo heredar una basta finca que mal vendió al otro día para embarcarse a las Indias. Convencido de que iba ha amasar una gran fortuna tuvo a bien comprar un poco de todo lo exótico que conoció. Trayendo con él al antiguo continente, entre otras cosas, papas podridas, monos, esmeraldas, tomates amarillos y pavos. Como sabemos, y si no lo sabemos lo recuerdo, Santorcaz engañó a Diego quedándose con sus pavos. Por lo que el comerciante venía empapado en rencor y dispuesto a vengarse.

El barbero al verle agachó su cabeza y continuó en su labor de acicalar al cabrero quien, como todos observaba con curiosidad al recién llegado.

- ¡Canalla! Te encontré, eres un miserable, me dijiste que con el ungüento mi picha crecería, que era una receta de los Incas para hincarse. ¡Ah, sinvergüenza! Y mi picha no creció no, sino que gracias a sus pócimas hoy no tengo un solo pelo en mis partes nobles.

- ¿A mí me lo dice?preguntó Casimiro.

- No, a usted no, buen caballero, sino al canalla que anda piojeando por su cabeza.

- No le haga usted caso, es un loco que… nos ha confundido.¡Oiga usted – gritó Santorcaz señalando a Diegoun poco de respeto pues este señor a quien acicalo es nada más y nada menos que el… Archiduque de Calabria!

- Eso, eso yo soy el Casiduque de las Cabrias!

- ¡Canalla! A mí no me engañas otra vez, ¡el alguacil!, que se haga justicia con el ladrón.

Al decir ladrón media hostería se encogió, ¡un alguacil!, era como mencionar la soga en la casa del ahorcado. Buttarelli palideció, muchos de los allí presentes querían marcharse.

- Lo dicho, es un loco, ni caso, déjelo usted hablar y no le haga caso.

- Mire usted que no quiero pendencias, que no me conoce usted a mí dijo Casimiro quien a su modo de ver las cosas se veía interpelado.

- No, no me refiero a usted, sino al piojoso que le anda hurgando, ganándose su confianza para robarle. No, no me refiero a usted, ya que usted se ve que es de alta cama hijo de gran alcurnia de rancio abolengo…

No dijo más, el cabrero de un salto cogió un leño de la chimenea a modo de cayado y comenzó a atacar a Diego Cerrojo que gritaba y maldecía. De ese modo el comerciante salió disparado por la puerta con Casimiro atizándole en la espalda. A los allí presentes sólo les faltó aplaudir.

Apenas pasaron unos dos minutos cuando Casimiro reapareció triunfante enseñando su dentadura en una cómica sonrisa.

- El “hioputa” sin yo meterme con él va y me dice que mi madre es una alcurnia y mi padre un rancio no se qué. Ea, pos se acabó el cuento, por ahí anda que ha cruzado el Guadalquivir a nado. Y eso que no tengo mi honda, que si no llega hasta Grazalema corriendo.

Santorcaz oyendo esto pudo al fin volver a coger una de las viandas y masticar tranquilo. Sin darse cuenta volvió el rostro y miró a Juan el Sanguinario… pero qué demonios… su entrepierna se le revelaba y el abultamiento le cogía pellizcos. Ese tal Juan el Sanguinario era precioso…

- ¡Butarelli! Traiga un poco de vino a riesgo de cagarme vivo… que el entendimiento se me está nublando o levantando.

El barbero necesitaba un poco de caldo para rebajar su… “entendimiento”.

16 comentarios:

  1. Este capítulo, con vuestro permiso, se lo quiero dedicar a Llunere y a Dora, nuestras amigas chilenas confiando en que se encuentren bien así como sus familias y amigos. Desde aquí mando un abrazo y mis ánimos al pueblo chileno, con la esperanza de que se recuperen lo antes posible del tremendo trauma.

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  2. AY DIOS!!!!!! LAS 11 DE LA MAÑANA Y ME ENCUENTRO SEMEJANTE FOLLON EN LA HOSTERIA,DIEGO CERROJO A COMPLETADO EL CIRCULO DE LOS DISPARATES JAJAJAJJAJ,EL ENTENDIMIENTO PARECE QUE ANDA CONFUNDIENDO A MAS DE UNO Y LOS UNGUENTOS PARECE SER QUE TIENEN EFECTOS SECUNDARIOS JAJAJAJAJAJ...ME QUEDO CON LA ULTIMA FRASE....Butarelli traiga vino a riesgo de cagarme vivo jajajajjja QUE BUENO, Manuel me he reido mucho.

    UN ABRAZO PARA NUESTRAS COMPAÑERAS,AL IGUAL QUE MANUEL ESPERO QUE SE ENCUENTREN BIEN.

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  3. Hola!!

    Después de casi dos meses de ausencia, por motivos laborales, y con el tiempo justito de postear minimamente, ahora ya con más dedicación y tiempo, paso a saludarte y ver actualizaciones.

    Siempre un placer visistarte, con mis mejores deseos de serenidad, recibe un relajante y cálido abrazo para tu ser.

    Beatriz

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  4. Manuel, claro que sí, me sumo a tus ánimos al pueblo chileno y a la esperanza de que superen lo más rápidamente posible la catastrofe !Fuerza Chile!.
    En cuanto al capítulo, !genial, genialísimo! absolutamente divinísimo de la muerte, vamos, de aplausos y aplausos... y el Cabrero, sembraito como siempre ja,ja,ja, !menudo casiduque de las cabrias!, ja,ja,ja
    Me ha encantao Manuel, y además, me he reido a destajo, a mandibula batiente... muy bueno

    Un besote, uno de los gordísimos

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  5. Me sumo a los deseos de que Dora y Llunere estén bien, junto a sus familias. Esperamos noticias suyas.

    ¡¡FUERZA CHILE!!

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  6. ¡¡AAAAAYYYYYY MANUEL, QUE ME MUERO DE LA RISA!!

    El cabrero está más loco que una cabra, o mejor dicho, más bruto, jajajajaja
    Parece ser que Juan el Sanguinario mueve a pasiones inconfesables, y no sería nada raro de esperar que Santorcaz se lo disputara al cabrero, jajajaja

    Te juro que me han saltado las lágrimas de la risa. ¡Olé y olé!

    Besotes

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  7. ¡Muy bueno, Manuel! Este capítulo es un despatarro de risa.
    Me muero por saber si al barbero se "le ha bajado el entendimiento" con el caldo de Buttarelli, jajjajajaaa

    Besos y cariños para todos.

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  8. Saludos APM, Beatriz,Mary, Liliana, Nirvana y Manuel García... ah no, ese soy yo. Os sigo diciendo que lo peor o lo mejor del cabrero está por asomar... Pero para ello Liliana habrá de aclararnos algo más sobre el sexo del Sanguinario. Si es mujer por favor incluya descripciones...
    Vuestros comentarios son la coca cola de este blog.

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  9. Casiduque de las Cabrias... jajajaja El cabrero es más duro de sesera que una piedra. Este capítulo me ha hecho muchísima gracia. Muy bueno, Manuel.
    Esperaré que Liliana nos aclare el sexo del Sanguinario, no me la perderé.

    Abrazos, amigos, son muy buenos.

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  10. hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....

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  11. Pues sí don Marcos, hoy sabemos que este título nobiliario dio mucho que hablar en siglos posteriores. De hecho varias generaciones después un Casiduque de las Cabrias descubrió la teoría de la Relatividad mientras se lavaba los pies, pero un joven Einstein la patentó antes.
    Muchas gracias por tu visita.
    Hapi, don guorri.

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  12. Excelente capítulo, Manuel ¡graciosísimo!

    Admiro tu sentido del humor y tu espontaneidad a la hora de plasmarlo por escrito.

    Un saludo grande a este fantástico grupo.

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  13. Manuel, acabo de leer por cuarta o quinta vez, (ya perdí la cuenta) tu capítulo y todavía me sigo riendo como si lo acabara de leer por primera vez...

    No creo que el vino le bajara el "entedimiento" a Santorcaz, jajajajajajaaaaaaa

    Besotes otra vez :)

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  14. Me había perdido este capítulo, pues he viajado, pero por nada del mundo dejaría de leerlo, me he descojonado de la risa, Manuel, coincido con Liliana.
    Imposible no pasar un buen momento y divertirse con semejantes historias.

    Felicidades a todos.

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  15. Gracias Charly, por lo que veo tu paisana Liliana me lo pone difícil más arriba. Veremos como reacciona Salmorelli, al final necesitaremos un abogado... ¡Linus!

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  16. Manuel, a vos no te salva ni Salmorelli ni Linus. Aunque es de ver la maña que te das para salir airoso y gracioso, jajajajaja

    Vamos a ver, con qué se descuelga Salmorelli, esto se está poniendo genialmente divertido :)

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Bienvenidos a "La hostería de Cristófano Buttarelli". Es un honor recibirlos con un vaso de tintillo y todo nuestro afecto. ¡Gracias por vuestra visita!