viernes, 11 de septiembre de 2009

ACTO CUARTO: DONDE ZAMBRUNO ES HECHIZADO POR LEONOR...

LG

Tan asustada estaba Leonor que temblaba como una hoja de sólo pensar que el pintor se le echaría encima en cualquier momento. La soga con la que llevaba atadas las manos, le lastimaban sus muñecas. Mientras tanto, los ojos de Zambruno la recorrían de arriba hacia abajo tratando de adivinar las maravillosas curvas que había debajo de aquéllos harapos.


Aún no tenía acabada idea de qué iba a hacer, pues se había metido en un problema bien peligroso. Por un lado, su exquisito talento, le pedía a gritos no desperdiciar la oportunidad de pintar ese modelo que había estado buscando por meses y que pensaba iba a transformarse en su obra maestra. Por el otro, había prometido a Francisco que intentaría salvar a la joven, aunque no estaba seguro de la historia que le contara el chaval a no ser por el anillo de oro que aún tenía grabado en la retina. ¿Y si Leonor fuera realmente una bruja y le hechizara con sólo mirarle? Lo único que Zambruno tenía claro era que si escapaba de la bruja no escaparía a los inquisidores, pues el fraile ya lo había sentenciado de antemano. Y en caso de cumplir su promesa y salvar a la joven… ¿Cómo haría para que el Santo Oficio no los prendiera a ambos y fueran dos en la pira? Estaba el pintor en estos pensamientos, cuando el sollozo de Leonor lo sacó de ellos.

Por favor señor, no me lastiméis os lo pido por lo que más queráis en la vida… Respetad a esta doncella que no ha conocido hombre y que su único pecado es ser la hija de don Diego Alonso de Aragón. Os lo puedo demostrar… traigo el sello de mi padre…-pero al darse cuenta que lo había dado al niño, rompió nuevamente en llanto-. El niño podrá dar fe que no os miento. Salvadme señor y seréis ampliamente recompensado, mi padre os dará riquezas por el resto de vuestros días…

Zambruno tuvo la intuición de que la joven verdaderamente era inocente. Algo le decía que no era posible que semejante mujer pudiera mentir, y esos ojos… esos ojos los embelesaban más de lo que él hubiera querido.
Se acercó lentamente al destrozado diván y con destreza desató la cuerda que mantenía prisionera a Leonor, quien aún esperaba lo peor. Un irrefrenable deseo se apoderó de él y acercando sus labios al cuello de la joven, lo cubrió de dulces besos mientras sus manos acariciaban ese cabello negro que sí lo hechizaba como un verdadero maleficio.

No, no, no lo hagáis… -pedía la joven con voz entrecortada y las mejillas arreboladas de vergüenza-. Señor, no…

Más suplicaba Leonor y más fuera de sí se ponía Zambruno, que con extrema delicadeza tomó la cara de la joven entre sus manos y posó sobre sus labios el más dulce beso que caballero haya ofrecido a su dama nunca. Leonor cerró los ojos y se dejó arrastrar por el beso, como una hoja por el viento.
El pintor tuvo la certeza que verdaderamente aquella niña no era una bruja, pero que de igual modo ya estaba hechizado…

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"S"

Dejada llevar por los magistrales besos del pintor, Leonor, comenzó a descubrir en su cuerpo nuevas sensaciones que la llevaban a la confusión. Sus pechos se erguian cuales garbanzos antes del remojo y un movimiento extraño la hacía abrir y cerrar sus piernas inconscientemente hasta sentir cierta incontingencia que le causaba verdadero placer. Con sus manos empujó suavemente a Zambruno hacia atrás pidiendole con voz entrecortada que la dejara al no ver demasiado bien el besarse con un deconocido que la tenía retenida en su alcoba.
-¡Señora! , no es intención de un servidor el abusar de usted. ¿pero porqué suspirabais si os hacía sentir incomoda? -preguntó el pintor, contrariado por el rechazo repentino de la dama, que lo había conseguido sosfocar momentos antes.-
- Está bien, no quisiera herir su candidez si que usted no lo desea.-añadió.-
A continuación, embrujado por aquellos inocentes ojos negros, intentó explicarle la texitura en la que se encontraba envuelto en cuanto en cuanto tenía que elegir entre ella o respetar el pacto sellado con su vida ante la Santa Inquisición. Le rogó, por lo que más quisiera que no intetara huir de su habitación y que se dejara retratar, mientras el pensaba una solución para salvarla de la hoguera, ella sin encontrar mejor remedio a sus males accedió a confiar en quél caballero larguirucho que la había hecho sentir mujer por primera vez.

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LG

Quedóse la joven tan turbada por los besos de Zambruno, que bajando cándidamente los ojos para evitar los suyos, aceptó las palabras que éste le había dicho sin rechistar: era la hoguera o el pintor. Y por Dios que no supo más que bajar los ojos, pues el arrebol de sus mejillas gritaba lo que su boca callaba… Pues había quedado con los sentidos embotados de sólo sentir los besos dulces del hombre que le acariciaban sus labios y su cuello, sentía esas manos finas de artista recorrer sus contornos y acariciar sus cabellos. Esa sensación única, jamás experimentada, hizo de Leonor la mujer más vulnerable que Zambruno había visto. ¡Sí! Don Miguel había sentido la misma emoción, a pesar de su disipada vida palaciega nunca doncella alguna le había amortajado el alma como esta niña…

Allí quedó Leonor, inmóvil, esperando del hombre sólo un gesto que le confirmara que no estaba equivocada, que aquello que sentía era correspondido de la misma manera. Y Zambruno le regaló ese gesto, pues levantándole la barbilla con sus manos, dejó clavados sus ojos en los ojos morunos de la joven y éstos hablaron sin palabras y sin ecos, sólo con la fuerza de los sentimientos.

Venciendo su timidez, Leonor trató de explicar lo inexplicable, pero apenas pudo balbucear unas palabras de princesa:

Mi Señor, yo sé que mi vida está en vuestras manos y os lo agradezco infinitamente, pero no es éste el motivo que me turba ni el que me alienta a hablaros –dijo volviendo a bajar recatadamente los ojos-, pues siento que los hados os han puesto en el camino por justa razón, pero no encuentro la forma de deciros lo que siento, algo que ha anidado en mi pecho y que no reconozco, algo que me nubla la razón y me oprime el pecho…, algo que me hace brotar lágrimas de mis ojos sin que la tristeza ensombrezca mi horizonte y aún así siento ganas de llorar de gozo.

Don Miguel de Zambruno quedó impresionado por la simpleza y la sinceridad de la joven, más aún porque aunque no lo quisiera admitir, él también había sentido el roce de su magia apretándole el corazón.
Con un esfuerzo sobrehumano, para no sucumbir a la tentación de hacerla suya allí mismo, se separó amorosamente de Leonor y comenzó a preparar con manos nerviosas, las pinturas sobre la mesa, al tiempo que su musa le miraba desde el lienzo imaginario de su alma, depositando en él, no sólo su confianza sino también su vida.

El embrujo del momento fue interrumpido por unos golpes secos en la puerta de la alcoba… ¿El fraile se había arrepentido y cancelaba el trato? De sólo pensarlo una aguda punzada le atravesó el estómago… pensaba lo peor…

10 comentarios:

  1. "EL MAS DULCE BESO QUE CABALLERO HAYA OFRECIDO A SU DAMA "...HAY DIOS MIO!!!QUE ESTE ZAMBRUNO ES TODO UN ARTISTA,PERO NO SOLO CON LOS PINCELES JAJAJJA...QUE SALGAN LAS GITANAS QUE YO ME DERRITO Y ESTO NO PUE SÉ.

    ME ENCANTA,GENIAL!!!!

    LILIANA,ESCUDO DE ILLANEZ, DE PRIETO Y FALTA EL TUYO Y EL DE MANUEL (LA HOSTERIA TIENE QUE ESTAR COMPLETA)

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  2. ¡¡OLEEEEEEEE POR EL CABALLERO MARY!!

    AQUÍ ESTÁ EL ESCUDO DE MANUEL Y MÍO. HEMOS COMPLETADO LA HOSTERÍA....

    ¡¡MIL GRACIAS, REINA!!

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  3. ¡¡VAMOS SALMORELLI, QUE ZAMBRUNO YA NO SE AGUANTA!!

    ¡¡TU TURNO!!

    QUEREMOS SABER DEL ARTE DEL PINTOR...

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  4. AY MADRE !¡!¡ ESPERO QUE TARDE MUUUUUUUUUUUUUCHO EN PINTAR ESE CUADRO PARA QUE TARDEN MUUUUUUUUUUCHO EN SALIR DE SU ALCOBA...JO!!! CON EL LARGUIRUCHO BIGOTUO,QUE YA NOS TIENE A TODAS HAYYAYAY...

    BESITOS.

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  5. ¿Pero cómo, me tengo que quedar esperando? Esto me mataaaaaaaaaa. ¡Qué situación! ¡Cuánto romance!
    ¡Qué hombre Zambruno!
    Me quedo suspirando como Leonor...

    ¡MÁÁÁÁÁÁÁS!

    Besos.

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  6. Bien parece que las damas de esta hostería desfallecen con esta historia... y no es para menos, se ha puesto caluroso por aquí, jajajaja

    ¡Excelente!

    Abrazos y sigan adelante...

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  7. ANGELA MARIA,QUE NO ATINO CON EL TECLADO!!!!!
    DIOS SANTO!!!,QUE ME MUERO, YO NO PUEDO CON MI VIDA DESPUES DE TANTO AMORRRRRRRR...SALMORELLI POR LO QUE MAS QUIERAS,CONTINUA PRONTO QUE ME DA UN CHUNGO EN LA PATATA (corazón Nirvana).

    GENIAL GENIAL GENIAL!!!!!! BESITOS.

    (No abrir esa puerta,por Dios)

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  8. ¡Qué arte señores! Una historia que atrapa por su romanticismo de época y su ritmo. ¡Enhorabuena y adelante!

    Liliana y Salmorelli, felicitaciones, hacen un gran dúo...

    Saludos.

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  9. La magia del amor esta en el aire, por Dios que Jesús puso en el mundo. Estos dos están atrapados, por algo más fuerte y peligroso que la santa inquisición. Su mal no tiene de seguro remedio alguno.... Besos, besos, besos... Antoñi

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  10. Mary, Nirvana, Linus, Charly, Antoñi, a todos muchas gracias por sus comentarios. No se vayan que la historia sigue y puede haber sorpresas...

    Un fuerte abrazo de parte de Salmorelli y mío.

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