jueves, 17 de septiembre de 2009

SEXTO ACTO: La chispa que encendió la hoguera antes del juicio y otros acontecimientos...

LG

Convencido por Buttarelli que no tendría chance alguna de retratar a la condesa Nirvana, puesto que los celos del marido serían más peligrosos que el Santo Oficio, Zambruno mandó llamar a la mujer del posadero para preguntarle dónde podía conseguir prendas de dama con el fin de cambiar las que llevaba Leonor y que daban pena. El argumento que el pintor esgrimía era que no podía plasmar un lienzo que fuera digno, si dignas no fueran las vestimentas de la modelo, claro que en ningún momento dio a entender que la modelo era la misma mujer acusada de brujería y que sería quemada a más tardar en un par de días. La mujer del posadero, rústica como su marido y gorda como un tonel, no era demasiado avispada que digamos, por lo que no hizo pregunta alguna y se limitó a informarle al artista que ella misma se cosía su vestimenta y que todas las mujeres del lugar así lo hacían.

Desmoralizado a más no poder y sin atinar con una solución, se dirigió nuevamente hacia su alcoba, la cual había cerrado cuidadosamente con dos vueltas del cerrojo.
Abrió la puerta con suavidad para no asustar a Leonor. En la penumbra que los cortinados le conferían al recinto, vio la silueta de la joven que dormía plácidamente sobre su lecho, que a estas alturas se le antojaba palaciego por más que era una dura tabla con un colchón de mala muerte, el milagro de su alucinación era la criatura que descansaba sobre él.
La observó larga, dulcemente, su corazón palpitaba como tambores llamando a la guerra y él no hacía absolutamente nada por acallarlo. El embrujo de esa piel morena, de esos ojos cerrados enmarcados en unas pestañas largas, rizadas y sedosas, el cabello color del azabache y con su mismo brillo, todo eso, lo llevaba a aproximarse sigilosamente a Leonor.
Se sentó en el borde del lecho, y con un beso de una ternura infinita, despertó a la joven de su sueño. Todo se precipitó sin que ninguno de los dos pudiera ser dueño de sus actos, pues eran solamente dueños de su fuego. Los labios de Zambruno recorrieron los valles y montañas de esa virgen de ébano como el viento del desierto, puro fuego…

Mi Señor… no soy dueña de mis actos, soy incapaz de apartaros de mí… Mi razón se ha nublado y mi corazón sólo os pide a gritos que me hagáis vuestra…

Esas fueron las verdaderas palabras mágicas, las que les abrieron las puertas del paraíso en la tierra, las que hicieron que el pintor olvidara los colores de su paleta y en un arrebato de amorosa lujuria desenfrenada, hiciera suya a la doncella.
Sus cuerpos se fundieron en uno solo mientras los harapos que cubrían a Leonor yacían en el piso y su magnífica desnudez impoluta, se dejó mancillar mansamente por el hombre de su vida.

Una vez que el fuego había consumido la hoguera, los ojos de Leonor se perdieron en los de Zambruno sellando para siempre su unión eterna…

Aún faltaba urdir el plan para que ambos escaparan de la Santa Inquisición, pero eso no les preocupó y se durmieron abrazados. Luego habría tiempo de pensar en la huida…

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"S"

Zambruno, con la mente despierta, pidió a Leonor que posara para él con las mejores prendas que podía vestir. Plasmar su desnudez en el lienzo supondría el éxtasis para el pintor que vino en busca de unos ojos negros y una piel aceitunada que colmara sus propósitos de pasar a la historia por haber pintado a la mujer más bella de la faz de tierra.
Con dedicación y mimo, entre bromas y juegos de alcoba que los colmaba a ambos de plenitud, terminó su obra en menos de dos días. Ese era el tiempo pactado con el Inquisidor para cumplir el pacto. Al tiempo buscaba entre sus carpetas unos de los bocetos con los que pensaba recrearse para la obra dominica ofrecida al fraile, a continuación mandó llamar al pequeño que había conseguido descubrir ante sus ojos quien era realmente la dama que había robado su corazón para realizarle un encargo.
- Zagal, toma estas monedas y busca y encuentra el mejor pavo engordado en mercados y corrales de la comarca, y a la media noche regresa cuando todos duerman. Yo te haré una señal por la ventana y será entonces cuando subas a entregarmelo . Necesitaré también tengas enganchados dos corceles rápidos y veloces que nos aguarden en la esquina del corral del agua. ¿Me has entendido?
A continuación, salió al pasillo e inclinando la cabeza ante los guardianes de la Inquisición, llamó a la puerta de la habitación en las que hacían negocios la Carmela y la "Pitones".
- ¡Pero si é er bigotuo! ¿que se le antoja ar caballero llamá a la puerta der pecao? -preguntó la "Pitones", que dormitaba la siesta mientras la Carmela tomaba posesión en otra alcoba contigua de un notario castellano.-
- Disculpé vuestra merced, señorita "Pitones".
- No ande con remilgo y bajesé los ropaje que enseguía le jago un apaño.
- No, espere. No vengo a comprar su carnalidad tan deseada por propios y extraños, sino más bien a comprar sus favores para unos terceros.-contestó, Zambruno, apartando las manos de la gitana de sus perniles.-
- ¿Er como? ¿se a metío acaso el artista a mamporrero?
- No se trata de eso, señorita "Pitones", tan solo deseo tener un detalle con los hombres del Inquisidor que tan celosamente han vigilado mi trabajo en estos días.
- Ya le voy jentendiendo, bigotuo. Lo que quie é conviá a los guardia agradecer la vilgilansia.
- Eso es, pero tenga en cuenta vuestra mercé que nadie debe enterarse. Le pagaré el doble de su salario a cambio de que esos hombres se vean agasajados por sus favores, sin sospechar que yo pagué el detalle.
- A sí lo jaré, pero también debe contribuí usté en una cosita.-añadió, para satisfacer su ego y capricho.-
- Digame lo que sea que le acepto el trato.
Sin saber bien donde se metía, Zambruno, aceptó, por librar a su amor de la hoguera, un precio desorbitado para el mercado de rameras de la época y cedió a satisfacer los deseos sexuales más ocultos y pervertidos de una puta con gran pedigré como era la "Pitones". Exhausto y casi de pared a pared del pasillo, regresó a su alcoba, para tranquilizar a Leonor de que todo esta rodando de la mejor manera posible. A continuación y cumpliendo con su deber de enamorado que no podía desvelar la traición que había llevado a cabo al rebolcarse y retozar con la "Pitones" en su cama, sucumbió ante el toqueteo y besuqueo que su dama le dispensaba de nuevo sin apenas poder mover su cintura.

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LG


Leonor, que no sabía de traiciones ni de putas más que de oídas, se quedó asombrada de la facha que traía su amado pintor, pues sus largos cabellos estaban despeinados, olía a transpiración rancia y había notado sendos cardenales adornando el cuello por debajo de la camisa… y como si eso fuera poco venía con un solo zapato.

¡Oh, mi Señor! ¿Acaso habéis rodado escaleras abajo? Estáis en una deplorable condición, pero no os preocupéis que yo os sanaré a fuerza de paciencia y amor… -dijo mientras le guiñaba un ojo y su mano volaba hacia la entrepierna de Zambruno. Era evidente que la joven había aprendido rápidamente las lides amatorias en esos dos días que llevaba encerrada en la alcoba del flacucho-.

Zambruno, que a duras penas podía pronunciar su nombre, se sintió carcomido por la culpa del agravio cometido y haciendo un descomunal esfuerzo por compensar su falta, se entregó nuevamente a la pasión desbocada de esa sangre joven y hasta hace poco virgen.

Estimados lectores ¿me creerían si les cuento que a pesar de los dolores que aquejaban al pintor, aún pudo cumplir con su amada? Sí, ya lo sé, “la necesidad tiene cara de hereje”, dice el refrán, y para Zambruno la necesidad era no perder a Leonor, así que luego de la tercera revolcada del día, quedó desparramado en el lecho como las pinturas en su paleta (de las que ya ni se acordaba claro). Tampoco se acordaba qué plan estaba urdiendo para la huida, no tenía noción de nada, tal era el estado de agotamiento que le consumía.

Leonor, satisfecha y totalmente ajena a la situación de su amado, descansaba la cabeza sobre el pecho imberbe del pintor, porque he de decir, que los pelos abundantes que tenía en el bigote le faltaban en el pecho.

Ya era noche cuando los tórtolos despertaron. Leonor tenía dibujada en su rostro la más dulce y tierna sonrisa de complacencia, en cambio Zambruno, que no podía mover un solo músculo del cuerpo, tenía grabada en su rostro una pintura abstracta, porque hasta la mueca que intentaba ser una sonrisa le dolía…

15 comentarios:

  1. PRECIOSO,PRECIOSO,PRECIOSO...NO SE PUEDE TENER UN DESPERTAR MAS BONITO Y ROMANTICO,GRACIAS!!!!

    UN BESO.(espero no duerman demasiado)

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  2. Bellísimo, qué delicadeza, creo que es lo que todos estábamos esperando... ¡Por fin! Jajajaja

    Me encantó, por favor sigan, que aún queda ver cómo estos tortolitos escapan de la Inquisición... ¿Porque escaparán supongo? No me van a decir lo contrario que me muero...

    Besos.

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  3. HAY NIRVANA,COMO DECIS VOSOTROS ESTOY QUE ME SALGO DE LA BAINA JAJAJAJAJ...POBRE ZAMBRUNO ME HAGO CARGO DE LO MAL QUE LO ESTA PASANDO Y ESQUE LA PITONES ES MUCHA PITONES JAJJAJ...POBRECITO...DE PARED A PARED DEL PASILLO JAJAJJAJA.!!!!!

    UN BESO.

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  4. ¡¡OLEEEEEEEEEEEEEE POR ZAMBRUNO!! ¡¡PERO VIVE SUCUMBIENDO ESTE PINTOR...!! JAJAJAJAAA

    Parece que al flacucho le sobra resto como para seguir repartiendo... ¿Qué le duele la cintura? Milagro es que no le duela nada más. JAJAJAJAAJA

    BUENÍSIMOOOOOOOOOO.

    PD: ¿Y para qué quiere el pavo si no se va a poder levantar ni para recibirlo? Jajajaja

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  5. ¡Jesús, María y José!, Qué cosas hay que hacer en nombre del amor. A este hombre lo veo yo como aquel que subió y bajo al Everest en un fin de semana, que al sétimo día resucitó. Qué me perdone Dios, una blasfemia nunca será mi intención, pero las cosas de la Santa inquisición tienen eso, que por no morir quemado se pacta hasta con el mismísimo diablo, jajajaja…
    Esto está que arde, esperemos que sea la soberbia que por santa se exhibe y no el bueno aunque peque de cauto o tal vez de ingenio…. Besos, besos, besos…. Antoñi

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  6. Lili...superestupendisimo y genial, y con la intriga de la trama, lo que se dice a puntito de caramelo... ya don Zambruno y Leonor unieron cuerpos y amores (!que bonito!), y ya está preparada la huida con la inestimable ayuda de la Pitoné... y el pavo relleno que, no se como pero algo ayudará, digo yo; en fin, espectantes estaremos ante los siguientes acontecimientos, que la cosa está que arde

    Un besote enorme, Lili y equipo, enorme, pero que enormísimo

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  7. Increíble epopeya la de Zambruno, claro que ha quedado tan maltrecho el pobre que no tendrá fuerzas ni para la huida. Todo sea por el amor incondicional de su dama... Jajajaaa

    Realmente bueno, estoy pasando una velada excelente con ustedes.

    Un fuerte abrazo.

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  8. ¡Aplausos y más aplausos! ¡Qué historia! Bien podría llevarse al teatro, como he leído de una compañera de comentarios... pues que si se representara, tendríais el teatro completo. Un éxito de taquilla...

    Un fuerte abrazo. Quedo esperando por más.

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  9. Antoñi, así ha quedado Zambruno, como un hombre que subió al Everest... jajajajaa.

    Graciaaaaas.

    Besotes.

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  10. Hola apm, como te darás cuenta nunca es suficiente para los enamorados, la hoguera de la pasión sigue ardiendo, jajajaja.

    Gracias mil.

    Besos.

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  11. ¿Increíble la epopeya de Zambruno, Charly? Hay que seguir leyendo para enterarse de lo que aún falta :)

    Gracias por seguirnos. Abrazos.

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  12. Estimado Linus, el día del estreno de nuestra obra maestra, te daremos una entrada para el palco de honor, jajajaja

    Muchas gracias. Cariños.

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  13. ¡¡ZAMBRUNO UN POCO MÁS DE FUERZAS HOMBRE!! ¡¡QUE SE NOS VIENEN LOS INQUISIDORES Y EL NIÑO CON EL PAVO GORDO!! JAJAJAJAJAAA

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  14. ZAMBRUNOOOOOOOO TENDRAS QUE PEDIR REFUERZOS AL NIÑO DEL CORRAL,ENTRE LA LEONOR Y LA PITONES CHIQUILLO ,TE QUEDA UN TELEDIARIO JAJAJAJAJJ

    GENIAL!!!!!
    BESITOS (primera fila en el teatro)

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  15. ¡¡Me estaba perdiendo la última parte de este capítulo!! Y está geniaaaaaaal...
    Zambruno ha quedado como una piltrafa, eso le sucede por andar de fiesta tan seguido... jajajaja Además se lo merece por engañar a la pobre Leonor. Jajajaja

    Besos a Lili y a Salmorelli, se pasan...

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