lunes, 19 de octubre de 2009

CAPÍTULO VIII: La duquesa prepara el terreno…

LG

Luego del apañito de la Carmela, Rafaelillo salió de la hostería con las piernas temblando como le había prometido la gitana.
A la mañana siguiente, cuando la duquesa de Piedrabuena bajó a desayunar, ataviada esta vez con un vestido azul eléctrico, de ajustada cintura y el escote de costumbre (ya sabéis que los escotes de la duquesa eran sus armas más temibles), como decía, Isabel encontró a la comitiva ya dispuesta a partir para dar curso a los negocios de la herencia de don Alfonso. Éste, se inclinó ante la dama y luego de besar el dorso de su mano le dijo:

Mi amada Isabel, mis asuntos me llaman, estaré poco menos de un mes para resolverlos. Os dejo, como os había prometido, dos centinelas para que os resguarden de los mal habidos que pudieran merodear en esta pocilga de morondanga. Si así y todo, tenéis algún problema y necesitáis de mi presencia, mandad a uno de ellos en mi busca que acudiré presto, no permitiré bajo ningún motivo que mi futura esposa pase un mal momento en mi ausencia.

Acto seguido se acercó a la mejilla de la duquesa para darle un último beso de despedida, justo en el momento que un pequeño bichillo intruso saltaba desde su recogido peinado e iba a quedar pegado a los labios del caballero sin que éste se diera cuenta de momento (no os diré cuando más tarde comenzó a picarle la boca haciéndole enloquecer en su trayecto…).

Id con Dios don Alfonso y no os preocupéis por mí, estas buenas gentes apenas pueden razonar pero tienen un gran corazón, a no dudar. Nada me faltará y mucho menos nada me pasará, quedaré aquí recogida como monja de convento aguardando vuestra vuelta. -Dijo con zalamería.

Don Víctor se inclinó ante la dama y la saludó con honores. Luego la comitiva se puso en marcha mientras la complacida Isabel, agitaba un pañuelito de seda blanco desde la puerta de la hostería. Un rato después y ya convencida de que su caballero estaba rumbo a caminos inciertos y bien lejos, entró al salón (salón, jajajaja) y se sentó muy ufana en una mesa donde la grasa hacía de mantel, porque a estas horas tempranas, la mujer del tabernero todavía no había colocado los manteles con puntillas de boda.

Buttarelli se acercó solícito, pues los centinelas no le sacaban la vista de encima, y escanció en un tazón la leche de cabra que según él estaba recién ordeñada, nada más lejano de la realidad, puesto que estaba más cuajada que un queso y olía peor que los pies del tabernero. Isabel sin embargo hizo caso omiso a esta inmundicia que le era ofrecida, pues de sólo pensar en el Niño del Corral, la ponía en las nubes. No podía olvidar su última vez en esa misma hostería y en brazos del torero ¡válgame Dios! Los cimientos de la vieja hostería se movían del apasionado encontronazo entre dos amantes de lidia….

La duquesa estaba entre la leche cortada y el torero cuando las gitanas bajaron de sus aposentos. Evidentemente aún estaban de malas entre ellas, pues no se miraban más que a hurtadillas y nuevamente se ubicaron una bien lejos de la otra.
La Carmela exultante por el recado que le había pedido Isabel y por las noticias que le llevaba, se acercó a la dama para interiorizarla sobre su “charla” con Rafael y le dijo que estaba esperando respuesta de un momento a otro, que no se preocupara, que el Niño ya sabía de su venida a la hostería.

El pecho de Isabel subía y bajaba de la excitación que le producía saber que el torero estaba al tanto de su visita. Su respiración se volvió más acelerada y se le encendieron las mejillas de puro placer, mientras que por costumbre, llevó sus manos al monumental peinado, y enterrando sus uñas hasta el cuero cabelludo, se rascó la cabeza sin pudor alguno. Ya se vería cuando debiera soltar su cabellera bajo la tormenta que desataría el Niño del Corral Candelas…

15 comentarios:

  1. Ay Lili, que divertidisimo!, así que seguimos teniendo problemillas con los bichitos ja,ja,ja,... y la Carmen y la Pitones sin hablarse, el Niño del Corral a punto de aparecer en escena y liar la remolina con la duquesa, y mientras el don Victor de viaje y con un piojillo en los labios.... ja,ja,ja,ja, !es que, no tiene desperdicio, no me digas!

    La siguiente entrada se vaticia de aupa y salvese quien pueda !como pa perdersela!

    Un besote gordisimo, y sonoro, por supuesto

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  2. AYYYYYYYYYYYY,JAJAJAJJAJJ LILI,SOLO DE PENSARLO ME PICA LA CABEZA JAJAJJA,DIOS MIO CUANDO APAREZCA EL NIÑO!!!!! A LA PIOJOSA LE DAN LOS SUDORES DE LA MUERTE,PERO QUE SE ANDE CON MUCHO CUIDAO QUE LA PITONES POR EL NIÑO ARAÑA Y PRONTO LE DEJA UN VESTIDO DE PANA...HAY MADRE QUE ME PARECE QUE LA CARMELA ESTARA MUY OCUPADA ENTRETENIENDO A LOS CENTINELAS,SI ESQUE LA PIOJOSA QUIERE HACER SUS LAVORES DE INVIERNO ......MUY BUENO LILI,MUY BUENO!!!!!

    BESITOS..

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  3. ¿¿La duquesa quedará recogida como monja de convento?? Jajajajajajaa Eso quisiera ver yo, además de los piojos que ya están haciendo de las suyas. Por lo pronto don Alfonso se llevó uno para el camino, jajajajaja

    ¡Qué risa! No veo la hora de que aparezca el Niño... ¡qué suspenso!

    Felicitaciones, este capítulo mataaaaaa.

    Besos.

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  4. Bueno, bueno... parece que todo va marchando según los ánimos de la duquesa, y por lo que ya sabemos la duquesa es proclive al Niño del Corral, entre otros servidores, jajaja
    Entre los bichillos, el pobre duque y las gitanas, será de ver el jaleo.

    Pero, por Dios, autores, apurad la narración que la impaciencia me gana.

    Saludos.

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  5. Felicitas Rosinante, abri un blog porque necesito que me den una mano para resolver mi vida.
    www.felicitasrosinante.blogspot.com
    gracias

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  6. Creo,que entre tanto piojo revolucionao...la pitones enfuruña con la carmela,la isabelita nerviosita con el reencuentro y la rosario con sus guisos que quitan el sentio...Mi niño del corral esta en la puerta y no se atreve a entrar,porfavor que alguien le de un empujón y tengamos jaleo un rato,que esto anda un tanto dormidooooooooo!!!!!!

    Besitos.

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  7. Verdad que el asunto se pone para balconear. Por suerte he llegado a tiempo para leer esta deliciosa historia que me palpito tan graciosa como las anteriores. Qué digo que me palpito... que ya es graciosa como las anteriores, jajajaja

    ¡Adelante! Mi atención ya está centrada en la hostería...

    Muchos saludos.

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  8. Sí apm, la duquesa parece que sigue embichada, vamos a ver cómo se las arregla cuando se líe con el Niño del Corral, jajajajajaja

    A esperar el próximo capítulo, que será de no perderse...

    Besazos, de esos bien gordos y sonoros :)

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  9. Me ha picado a mí mientras lo escribía Mari, jajajajaja, así que no quieras saber qué le pasará cuando lidien entre sábanas con el maestro...

    Veremos qué labores de invierno realiza la duquesa, aunque ya se ve venir...

    Besazos, reina.

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  10. Don Alfonso se llevó uno para el camino y no quieras saber cómo le ha quedado el labio, Nirvana, jajajaja
    A prepararse, porque la duquesa, de monja nada...

    Ya aparecerá el Niño, paciencia, está en camino...

    Gracias, de parte del equipo.

    Besotes.

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  11. Don Linus, no seáis impaciente, que cuanto más se tarde, más se disfrutará...

    ¡Menudo alboroto entre las gitanas y la duquesa! El Niño mata y no sólo en la arena :)

    Saludos caballero.

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  12. Bienvenida Felicitas, te visitaremos...

    Saludos.

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  13. Que ya está por entrar Mari, mantener el suspenso es de dioses, luego lo disfrutarás más... jajajajaja

    La hostería se está preparando para la entrada triunfal, no te vayaaaaaaaaas :)

    Besazos.

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  14. A balconear entonces Charly, no te pierdas la entrada porque no habrá asientos disponibles :)

    Gracias por tu atención, te lo agradecemos mucho.

    Saludos de Salmorelli y míos.

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  15. Un buen antídoto puede ser el torero para los insoportables picores, puede quedar muy relajada la duquesa mientras él se adueña de tan insigne malestar. Bien decía mi sabia abuela, “sarna con gusto no pica” y para rematar la faena añadiría, en mi humilde osadía “y si pica, se podrá después aplicar gustoso remedio”, sin hallarse el preciado bien satisfecho, puede ser clemente la piedad permitiéndoles ensayar la escena hasta la saciedad…. Besos, besos, besos, Antoñi

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Bienvenidos a "La hostería de Cristófano Buttarelli". Es un honor recibirlos con un vaso de tintillo y todo nuestro afecto. ¡Gracias por vuestra visita!