domingo, 6 de diciembre de 2009

CAPÍTULO XVI: De cómo terminó esta historia...



LG

Quedóse la Duquesa envuelta en una sábana mojada esperando que toda aquella tropa saliera de sus aposentos. Había quedado con los brazos arañados de su reyerta con la Pitones y el cabello enredado como nido de pájaro, la imagen que daba era desastrosa. La Rosario salió muy oronda habiendo embolsado la generosa paga por su silencio, la Pitones, tan desgreñada como Isabel y con el vestido hecho jirones, pegó media vuelta yendo hacia las escaleras pero aún en pie de guerra, pues la Carmela no paraba de acicatearla.
Entre tanto, los guardias que el Duque había dejado a cargo de su amada, se mostraban desconcertados y sin atreverse a pedir explicaciones a la futura consorte. Viendo sus semblantes preocupados y atentos, se dirigió a ellos con toda dignidad (bah, la que le quedaba) y les dijo:

Supongo caballeros que no creeréis una palabra salida de los miserables labios de esa gitana despechada, pues el caso es que el infame torero se ha metido a mi alcoba con intención de robar mi… virginidad, la misma que tengo destinada a vuestro Señor. Pero no desesperéis por mí, que a buen recaudo ha quedado, el acosador ha caído en su propia trampa de intrigas merced a la mujerzuela que habéis visto. Id en paz, y sobre todo, no digáis nada a mi prometido, seré yo, pues, quien sabrá como hacerlo. –Acto seguido, echando mano a la abultada bolsa de monedas, les extendió a los guardias un buen puñado de ellas-. Tomad, id por buena cerveza y olvidad lo que aquí habéis visto.

Los guardias se miraron entre ellos y comprendiendo que no podían contrariar a la Duquesa, tomaron las monedas y se fueron muy animados escaleras abajo. Entre tanto, el Niño del Corral Candelas continuaba corriendo desnudo entre los matorrales del bosque, seguido por su segundo, el Rafaelillo, quien llevaba el atuendo de luces del torero, corriendo detrás de él. Era de ver la imagen que las gentes del lugar presenciaban por aquellos lugares.

Pasada una hora aproximadamente, un mensajero del Duque, cubierto de polvo y sudado por largo viaje, golpeó a la puerta de Isabel. Esta ya se había vestido y arreglado, había recogido nuevamente su cabello, con los piojos incluidos y se estaba acomodando uno de sus despiadados escotes cuando abrió la puerta. El mensajero, luego de saludarla con una reverencia exagerada, tal vez para estar a la altura de las… pechugas de la dama, le hizo entrega de un sobre lacrado con el sello del Duque. Isabel, luego de despacharlo, cerró la puerta tras de sí y se dispuso a leer el mensaje, que decía lo siguiente:

Mi querida Isabel:

Con todo pesar os hago saber que a través de las malas artes que se cuecen en este palacio, he sido engañado y traicionado por los esbirros del Rey, de suerte tal que he perdido, no sólo mis posesiones, sino también mis títulos nobiliarios.
Confío que Vuestra Merced, aún me haga el honor de contraer matrimonio conmigo, pues supongo vuestro amor, más fuerte que mis riquezas.
Con toda mi esperanza:

Vuestro, por siempre.

A Isabel se le arrebolaron las mejillas de tal modo que la transpiración comenzó a correrle el maquillaje que se había colocado. Apretando los puños y los dientes de la rabia, echó el ingrato papel al fuego de la chimenea y comenzó a preparar sus baúles. Luego llamó a la Rosario y volviendo a pagar su silencio y sus servicios, cosa que la mujer a duras penas podía creer, le dio orden de bajar sus baúles y embarcarlos en un carro hacia sus propiedades. Luego pidió un caballo de los mejores que había en la hostería, y el mejor, era peor que Rocinante os lo puedo asegurar.

Montando como una experta ante los ojos asombrados de la concurrencia, echó a andar a todo galope hacia el bosque donde el Niño había escapado con sus desnudeces y sus vergüenzas. Al cabo de unos minutos lo alcanzó en un claro del bosque, ya vestido y acompañado de Rafaelillo, quien se lamentaba de la suerte de su señor. Isabel desmontó presta como un león rampante y corrió hacia el Niño, quien la miraba con desconfianza y pavor, pero una vez que llegó a su lado, le echó los brazos al cuello y besándolo apasionadamente, le dijo:

¡Voto a los cielos que de aquí en más seréis mi único Señor! Pueden irse de paseo el Duque y vuestra gitanilla de poca monta… mi pasión os pide una sola palabra, merded a la cual, me iré para siempre o para siempre seré vuestra…

El Niño del Corral Candelas, luego del impacto que le produjo este desborde de Isabel, rodilla en tierra le dijo:

¡Que mi arma no lo dude, con este toro yo me quedo! –Y nuevamente se abrazaron y besaron apasionadamente, intercambiando piojos y picores de por vida...
Lo que nunca supieron ninguno de los dos, fue que el Duque había conseguido no sólo las tierras, sino un castillo y abundante dote, y que el mensaje enviado a Isabel sólo tenía la intención de sacarse a la molesta dama de sus narices y con ella, los cuernos que lo habían adornado hasta el momento...

12 comentarios:

  1. Un Duque, con todas las palabras, Liliana.
    Placer leerte en tus relatos.
    Un abrazo.
    Alicia

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  2. Encantadora Liliana...la historia no podía terminar de otra forma. Aplaudo su humor y el manejo diestro del habla del siglo de oro, época de tanto malandrín. Eso del intercambio de piojos, genial. Y áun podría haber puesto en la historia, sobre la manera de hacer las necesidades fisológicas. He gozado su historia. Sabe escribir con una delicia que apasiona. Besos.

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  3. Buen remate amiga, para esta septima historia de la Hostería con lo que he disfrutado de lo lindo. No habrá más remedio que ir a por la octava. Ya están de camino nuevos personajes capaces de todo. Un beso muy fuerte, y gracias a todos los fieles seguidores de este antro.

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  4. Y MI NIÑO SE QUEDA CON LA PIOJOSAAAAAAAAAAAAAAAA,PERO BUENO!!!!POBRE PITONE,SEGURITO ANDA LLORANDO DEVAJO DEL LIMONERO,PERO ESTOY SEGURA QUE ALGUN DIA UN PRINCIPE CAERÁ RENDIDO A SUS ENCANTOS Y SE OLVIDARÁ DE TOREROS LIANTES COMO ESTE...LO QUE MAS PENA ME DA DE ESTA HISTORIA ES NO SAVER EL FUTURO QUE LE DEPARA A LOS PIOJOS JAJAJAJAJAJA.

    LILIANA,SALMORELLI, MUCHISIMAS GRACIAS UNA VEZ MAS POR HACERME PASAR MOMENTOS TAN BUENOS CON ESTOS CAPITULOS TAN DISPARATADOS,QUE HACEN OLVIDAR LA RUTINA DEL DIA A DIA...ESPERO QUE NO TARDEIS MUCHO EN COMENZAR UNA NUEVA AVENTURA...LA HOSTERIA OS NECESITA Y YO MÁS.

    UN BESAZO ENORME PARA LOS DOS

    GRACIAS!!!!

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  5. ¡Genial por donde se mire! Un final digno de una obra de teatro, me encantó y me hizo morir de la risa.

    Felicitaciones de todo corazón a vos Lili y a Salmorelli, la verdad es que disfruto como loca de estas divertidas comedias.

    Un beso para los dos. Esperaré la nueva con ansiedad.

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  6. ¡Hola Alicia! Bienvenida a la hostería, es un gusto encontrarte por aquí.

    Muchas gracias.

    Un beso grande.

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  7. Muchas gracias, Carlos. Disfruto muchísimo con la hostería y por eso es un placer que quienes nos leen lo disfruten de la misma manera.
    (Lo de los piojos me hace reír hasta a mí misma, jajaja)

    Besos, te seguimos esperando en la próxima historia.

    PD: De "tú", Carlos, de "tú" :)

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  8. Salmorelliiiiiiiiiii, no te das una idea lo que disfruto con estas historias disparatadas, cada vez que te leo, muero de la risa. La verdad es que sos un compañero increíble.
    ¡Vamos por más! Espero ansiosa a tus nuevos personajes, ya veré qué es lo que saco yo de la galera, jajajajja

    Besos.

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  9. Ná de ná Marita, que la Pitones ya se consolará con otro. Aquí los protagonistas de la historia se han quedado juntos como corresponde, jajajajaja

    Espero que los piojos no se hayan quedado en la hostería :)

    Gracias de todo corazón por ser una fiel seguidora de la hostería y poner tanta pasión en tus comentarios.

    Muchos besos.

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  10. Muchísimas gracias, Nirvana, te digo como a Marita, es un gusto enorme que sean tan fieles seguidoras y tan geniales amigas.

    Un beso inmenso y espero encontrarte en la nueva historia, por supuesto.

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  11. COMO NO PONER PASIÓN EN LOS COMENTARIOS, SI ESQUE HASTA TU CONTESTANDOLOS ERES LA REINA...¡¡¡ VIVA LA MADRE QUE TE PARIO !!!!

    ( No podia aguantar sin contestarte )

    Un besazo que sois los pu... amos!!!!!

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  12. Aplausos, aplausos y más aplausos, realmente este final es una gozada.
    ¡Menudo equipo el vuestro!
    Felicitaciones para ambos, Liliana y Salmorelli. Quedo a la espera de la próxima historia que seguramente será tan genial como las anteriores.

    Mis más cálidos saludos.

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